Se dice que somos lo que comemos…
Pero yo pienso que también somos lo que vemos, tocamos, respiramos, absorbemos, sentimos, percibimos, pensamos y disfrutamos.
Es decir, somos moléculas de energía con la capacidad de modificar nuestra salud para bien o para mal, con estímulos internos y externos.
Nuestras células nos escuchan…
Y cada una de ellas se altera dentro de nosotros a partir de las experiencias que vivimos y cómo las interpretamos.
Lo que nos decimos a diario, nuestra actividad física, los alimentos que comemos, cómo nos desintoxicamos, las radiaciones a las que estamos expuestos, el agua que bebemos el aire que respiramos, nuestro equilibrio hormonal, la salud de nuestra microbiota intestinal, la calidad de nuestro sueño y nuestras relaciones interpersonales confirman nuestra rueda del bienestar.
Soy Nathaly Marcus,
vivo una vida sana y equilibrada, poniendo mis habilidades únicas al servicio de los demás, impartiendo consultas, cursos, seminarios, congresos, talleres, conferencias y certificaciones a través de mi Instituto de Salud Funcional Mente-Cuerpo.
Estoy convencida de que la prevención, el autocuidado y un estilo de vida integral en equilibrio son fundamentales para estar, verse y sentirse bien.
Deseo seguir enfocada en el tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas, en la medicina antiedad y holística promoviendo la autocuración y el fortalecimiento del cuerpo para mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de Bienesta, mi centro de medicina funcional.

He estado en el camino de la salud toda mi vida
Desde que tenía diez años me importó el bienestar y ayudar a la gente a sanar.
Curiosamente, y no obstante mi interés por vivir en plenitud congruente, tuve un trastorno de alimentación y viví con pánico a engordar, convirtiendo a la comida en mi enemigo.
Me casé joven y me embaracé. Por lo que en vez de cursar medicina, que era mi sueño, me incliné a la nutrición. Esto para no descuidar a mi familia.
El nacimiento prematuro de mis mellizas, con diversos problemas de salud, me animó a buscar alternativas distintas a través de una medicina integral.
Ya que en México la medicina tradicional sólo me ofrecía soluciones temporales, tranquilizantes y medicamentos que no solucionaban la raíz de sus problemas de salud.
Desde que tenía diez años me importó el bienestar y ayudar a la gente a sanar.
Curiosamente, y no obstante mi interés por vivir en plenitud congruente, tuve un trastorno de alimentación y viví con pánico a engordar, convirtiendo a la comida en mi enemigo.
Me casé joven y me embaracé. Por lo que en vez de cursar medicina, que era mi sueño, me incliné a la nutrición. Esto para no descuidar a mi familia.
El nacimiento prematuro de mis mellizas, con diversos problemas de salud, me animó a buscar alternativas distintas a través de una medicina integral.
Ya que en México la medicina tradicional sólo me ofrecía soluciones temporales, tranquilizantes y medicamentos que no solucionaban la raíz de sus problemas de salud.


Así fue como encontré en Estados Unidos a una doctora osteópata, especialista en terapia cráneo-sacral, que le realizó a mis niñas estudios de sangre especializados para detectar deficiencias nutricionales de vitaminas, minerales y grasas.
Con el cambio de alimentación sugerido, los suplementos recetados, masajes y ciertas terapias de neurodesarrollo, me ayudaron a cambiar el destino y la salud de mis hijas.
A raíz de esto me di cuenta de la importancia del papel que juega la nutrición en el desarrollo y crecimiento de los niños y el impacto de una buena alimentación en la salud de las personas y por esa razón decidí estudiar más a fondo la Medicina Funcional Integrativa.
Así, hace más de veinte años, decidí traer a México los estudios y equipos de vanguardia para aplicar estos conocimientos en mi consulta, especialmente a niños con autismo, déficit de atención, bajo tono muscular y otros diferentes síndromes; a pacientes con alergias, cansancio, obesidad, diabetes, fibromialgia, fatiga crónica, esclerosis múltiple y otras personas que buscan la prevención, que están comprometidos con su salud y quieren sentirse mejor.
Cédula profesional: 2458032
Así fue como encontré en Estados Unidos a una doctora osteópata, especialista en terapia cráneo-sacral, que le realizó a mis niñas estudios de sangre especializados para detectar deficiencias nutricionales de vitaminas, minerales y grasas.
Con el cambio de alimentación sugerido, los suplementos recetados, masajes y ciertas terapias de neurodesarrollo, me ayudaron a cambiar el destino y la salud de mis hijas.
A raíz de esto me di cuenta de la importancia del papel que juega la nutrición en el desarrollo y crecimiento de los niños y el impacto de una buena alimentación en la salud de las personas y por esa razón decidí estudiar más a fondo la Medicina Funcional Integrativa.
Así, hace más de veinte años, decidí traer a México los estudios y equipos de vanguardia para aplicar estos conocimientos en mi consulta, especialmente a niños con autismo, déficit de atención, bajo tono muscular y otros diferentes síndromes; a pacientes con alergias, cansancio, obesidad, diabetes, fibromialgia, fatiga crónica, esclerosis múltiple y otras personas que buscan la prevención, que están comprometidos con su salud y quieren sentirse mejor.
Cédula profesional: 2458032
Hoy agradezco inmensamente esa decisión, ya que estudié medicina alternativa complementaria, medicina funcional y naturopática que me llevó al camino de sanar y ayudar desde la raíz de las enfermedades y no sólo tapar el síntoma.
Debido a mis desequilibrios hormonales, mi síndrome premenstrual y la búsqueda de vivir más años y de mejor manera, me especialicé en medicina antiedad y medicina avanzada para buscar equilibrar mis hormonas y mejorar mi salud mente-cuerpo.
Mi decepción con la forma en la cual los especialistas abordan a la nutrición llegó a temprana edad, cuando debido a mi trastorno alimenticio asistí con nutriólogos que no hicieron más que darme dietas machote en citas que duraban menos de cinco minutos.
Igual que tú, soy humano y me gusta disfrutar de un chocolate, gozar de un buen tequila y no sentirme culpable por disfrutar de mi vida. Por ello, hoy quiero compartir contigo mi filosofía, para que caminemos juntos y me dejes convertirte en un comedor intuitivo.

Presencia en Medios
Cuidando su cuerpo para que su cuerpo cuide de ellos.














































