En este episodio de “Las 3 R´s Podcast” Nathaly Marcus y Anamar Orihuela nos llevan a reflexionar sobre lo que significa ser una doña huevotes: mujeres fuertes, resilientes, pero muchas veces desconectadas de su vulnerabilidad. Descubre cómo sanar, soltar la autoexigencia y abrazar tu dualidad desde el amor y la compasión.
Me rompí, y descubrí mi vulnerabilidad
Hoy quiero hablarte desde un lugar profundo, un lugar al que muchas veces nos cuesta mirar: nuestra vulnerabilidad. Este blog es una invitación a soltar ese papel que muchas hemos asumido, el de Doña Huevotes. Esa mujer fuerte, resistente, que siempre tiene el control, pero que en el fondo, anhela algo más: reconectar consigo misma, con su parte más humana y amorosa.
Romperse no es malo. Romperse es reconocer que somos seres duales, que sentimos miedo, enojo, tristeza, culpa, pero también amor y esperanza. Al final del día, cerrar ciclos con amor es un acto de valentía. Para quienes somos mamás, y también para los papás, la crianza nos lleva a enfrentar esos lugares internos que preferiríamos evitar: las heridas de nuestra infancia, las palabras que no nos dijeron, o el afecto que nos faltó. Y es ahí, en ese dolor, donde podemos encontrar respuestas, sanar y, sobre todo, conectar.
Pero aquí está la trampa: en nuestro afán de hacerlo todo bien, de no equivocarnos, de ser suficientes, nos ponemos la máscara de la autosuficiencia. Nos convertimos en esa mujer que todo lo puede, pero que a veces se olvida de sí misma. Esa que odia depender, que ejecuta, lidera, logra… pero que huye de su vulnerabilidad. Y nuestros hijos, como grandes maestros, nos devuelven una y otra vez a esos terrenos incómodos que no queremos transitar.
No se trata de juzgar al yo del pasado con los ojos del presente. Esa versión de nosotras mismas estaba haciendo lo mejor que podía con lo que tenía. Tal vez elegimos modos de supervivencia que nos funcionaron en su momento, pero ahora entendemos que esos mecanismos, a veces, nos alejan de lo que realmente importa.
Este texto es un recordatorio de que está bien sentir. Está bien equivocarse, fallar, cansarse, e incluso rendirse. Ser vulnerable no es debilidad, es un camino hacia nuestra verdadera fortaleza. Porque no vinimos aquí a ser perfectas. Vinimos a aprender, a amar y, sobre todo, a abrazarnos completas: con nuestras luces y nuestras sombras.
Así que, si hoy te sientes rota, si cargas con culpas o reproches hacia ti misma, recuerda que el camino de sanación empieza con compasión. Mira tus heridas, reconoce tu dolor, y haz las paces contigo. La mujer que eres hoy no sería tan fuerte si no hubiera recorrido el camino que está detrás.
Y recuerda: no eres solo Doña Huevotes, eres también esa mujer llena de amor y capacidad de conectar, de crear, de sentir. Hay un poder enorme en tu vulnerabilidad.
Este blog está dedicado a ti, que estás buscando equilibrio, sanación y, sobre todo, un abrazo contigo misma.
Escucha el episodio completo:
Esta semana hablaremos de cómo las mujeres fuertes, esas que parecen tenerlo todo bajo control, también cargan con culpas, heridas y auto exigencias. Nathaly Marcus y Anamar Orihuela nos guían en un viaje para soltar el personaje de doña huevotes, reconectar con nuestra vulnerabilidad y sanar desde el amor propio. ¡No te lo pierdas!
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En este episodio de “Las 3 R’s Podcast”, Nathaly Marcus y Anamar Orihuela nos invitan a reflexionar sobre el peso de las etiquetas, la importancia de abrazar nuestra vulnerabilidad y cómo encontrar un balance entre la fortaleza y el autocuidado. Porque ser «doña huevotes» no es sinónimo de perfección, sino una oportunidad para reconectar con nuestra esencia y priorizar el amor propio.